Te he comentado antes que mi caligrafía es muy mejorable, ¿verdad? Mi profesor de inglés no se cortó un pelo en decir que había inventado un nuevo idioma: el lenguaje Rollano. ¡Y es que no había quien los leyera! (salvo yo, claro está).

Fue precisamente este docente, el que, sin quererlo ni beberlo, inoculó sobre mí la creatividad en las palabras. Aún recuerdo la vez que nos dijo lo de: “Si no sabes cómo traducir al inglés la expresión “tan bien como”, siempre se lo puedes preguntar a tus ‘aswellas’”.

Desde ese momento los dobles sentidos, las palabras cruzadas, los anagramas y un sinfín de recursos léxicos me acompañarían por siempre. Lo hago hasta sin darme cuenta. Y claro, cuando alguien me acaba de conocer se pregunta: ¿qué tipo de lenguaje usa este hombre? 

¡Pues claro, el lenguaje Rollano! Resulta que lo había inventado y no había sido consciente de ello.

Esta faceta creativa que tanto me activa, y la obsesión por querer transmitir emociones cada vez que abría la boca, se tradujo en el copywriting creativo. Y aquí estamos el lenguaje Rollano y yo para ayudarte.